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15 mayo 2023La climatología en plena brotación es un asunto muy serio en Rioja y en Ribera del Duero.
Mirada al cielo y a los mapas del tiempo; y de ahí, ojos a la viña. En Palacios Vinos de Finca, tanto en Rioja como en Ribera del Duero, preocupan las heladas en el viñedo y más cuando este se encuentra en plena brotación.
Hemos tenido un marzo atípico, con temperaturas mucho más altas de lo normal. Ha sido ventoso, como reza el refrán, pero no está trayendo un abril lluvioso, sino caluroso, con un contraste de temperaturas entre el día y la noche muy significativo y, con mínimas, inusuales para estas fechas, bajo cero, preocupantes para el campo y la vid.
En nuestro caso, con unos días de antelación, ha llegado a nuestras viñas la brotación, iniciándose un nuevo ciclo que culminará, en el mes de septiembre, con la vendimia. Las tan temidas heladas pueden dañar esos primeros brotes, que se encuentran todavía muy tiernos en el inicio de la primavera.
Es evidente, y somos conscientes en Palacios Vinos de Finca, de que el ciclo de la vid se va acortando. El calor cada vez llega antes. Algo muy negativo para la vid, que necesita un reposo vegetativo, con frío y con lluvias durante el invierno para que vaya acumulando una reserva hídrica en las partes más profundas de los viñedos, que es la que va a permitir que pueda ir nutriéndose de las reservas de agua en verano, en los días de calor.
Pese a que la vid es un cultivo de secano, el cambio climático también le afecta. En los inviernos no llueve lo suficiente y apenas nieva. Y la primavera registra récord de temperaturas, en máximas y mínimas, nunca antes vistas.
Fertilidad y equilibrio de manera natural
Consecuentemente, la incertidumbre meteorológica aumenta, año tras año. Preocupados como estamos por el cambio climático, buscamos una fertilidad y un equilibro de manera natural; un equilibrio con la naturaleza que encontramos en zonas muy frescas y en altitud, donde se hallan nuestros viñedos. Con ello logramos que puedan beneficiarse de los contrastes térmicos entre el día y la noche óptimos para la vid y su ciclo de vida, consiguiendo, además, maduraciones más lentas y que el inicio del nuevo ciclo de la vid se retrase, con el objetivo de evitar que esas preocupantes heladas perjudiquen a nuestras cepas.
Este trabajo en zonas frescas, con el que evitamos maduraciones rápidas, es también clave para obtener los vinos de calidad que elaboramos.
Año a año se hace más evidente que el cultivo de la vid se va a ir desplazando hacia latitudes más al norte y, en este sentido, Palacios Vinos de Finca juega con ventaja. Nuestro trabajo es fruto de la observación y de un análisis minucioso, no solo de los suelos, sino también del clima y orientaciones. Todo lo que afecta a las uvas, a la vid, a los viñedos lo estudiamos. Y esas investigaciones nos han llevado a elegir cuidadosamente territorios, con características únicas, en los que primamos la altitud.
Gracias a ello, encontramos la frescura en las uvas, seña de identidad de nuestros vinos. Nuestra filosofía de intervenir lo mínimo posible nos lleva a buscar la autenticidad de cada zona y dentro de esa autenticidad, las variedades que mejor representen la tipología del suelo.
Somos conscientes de que, en lo concerniente a la climatología, y acentuándose en los últimos años, el sector vitivinícola no atraviesa por el mejor momento. Por eso, la conservación natural y la sostenibilidad son pilares fundamentales para nosotros. Defendemos una agricultura honesta, que respete la biodiversidad, cuide y proteja el suelo. Y sobre esos cimientos asentamos nuestra labor diaria.